viernes, 29 de noviembre de 2013

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL ¿UNA POLÍTICA DE EMPRESA O UNA ESTRATEGIA DE MARKETING?


En vísperas del  segundo Foro de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos que tendrá lugar en Ginebra del 2 al 4 de Diciembre de 2013, conviene reflexionar un poco sobre un fenómeno que se ha ido generalizando en el campo mercantil, éste responde al nombre de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Anteriormente, bajo los postulados de la teoría clásica de la economía, se entendía que la única responsabilidad social de las empresas era de orden económico y consistía en generar beneficios de ésta índole, tales como incrementar las utilidades, maximizar el beneficio, asegurar la rentabilidad o generar riqueza[1]. No obstante, recientemente se ha ido expandiendo una nueva doctrina sobre la razón de ser de las empresas, según la cual éstas, antes de perseguir propósitos económicos, están llamadas a responder a finalidades sociales, sirviendo como un medio encaminado al bienestar general y la justicia social.

Vista así, la RSE aparece como una corriente subversiva tendiente a impulsar cambios estructurales en el orden social establecido. Sin embargo, la reflexión que pretendemos plantear en este escrito, busca ahondar más en los orígenes de esta nueva doctrina, para comprender, desde ellos, las manifestaciones actuales de la RSE en medio de una innegable tensión entre hegemonía y contrahegemonía.

De este modo, al auscultar dichos orígenes, encontramos que, a partir de los años 90’s, varias empresas multinacionales o transnacionales (EM o ET), tales como Gap, Nike, Levi Strauss y Disney, se convirtieron en objeto de una serie de escándalos perturbadores que denunciaban las pésimas condiciones laborales que regían al interior de sus líneas de producción[2]. Como consecuencia de la indignación generalizada que esto produjo en los grupos de consumidores, se empezaron a adelantar campañas de boicot para obligar a dichas empresas a emprender cambios y dar primacía a los derechos humanos en sus dinámicas productivas, con ello la imagen pública de las marcas quedo rápidamente desacreditada.

Poco a poco, se fue reconociendo, cada vez más, que las EM son autoras responsables de diversas tragedias sociales, entre ellas se encuentran situaciones tales como el desarraigo masivo de poblaciones como consecuencia de los proyectos para el desarrollo, la explotación directa e indirecta de la mano de obra barata, la cooperación con regímenes opresivos, el empobrecimiento de los hábitats y recursos naturales, y la destrucción de culturas indígenas[3]. Esta realidad fue estimulando el incremento de la presión de las protestas sociales, y como resultado creció también el desprestigio de las reconocidas empresas.

En este contexto, las empresas empezaron a crear códigos de conducta para manifestar la buena voluntad de mejorar sus políticas[4]. Es entonces cuando tiene lugar la aparición de la RSE como respuesta capitalista frente al peligro de que se politice el dominio de lo privado y se convierta en objeto de preocupación pública[5].

Alertadas por las presiones sociales, las EM empiezan a servirse de un fenómeno que podemos llamar efecto espejo, el cual consiste en absorber los discursos de sus críticos y opositores para autolegitimarse y eliminar el contrapeso. Así, por ejemplo, empiezan a crear o a financiar organizaciones de derechos humanos paralelas a las de contrahegemonía[6], para presumir del aval institucional y lograr la limpieza de su imagen.

En la misma línea, la RSE es adoptada por las empresas bajo la idea de que “la caridad es buena para los negocios”[7], de modo que las nuevas concepciones de responsabilidad empresarial se integran en los viejos modelos sobre cómo administrar exitosamente un proyecto de negocios y sobre cómo asegurar su reputación, haciendo de la RSE un nuevo medio para asegurar la confianza de los inversores.

Una verdadera política de RSE implicaría reevaluar la idea de Desarrollo vigente en el actual contexto de globalización neoliberal. Una de las mayores dificultades radica en impedir que las denuncias sociales se reduzcan a meros discursos simbólicos, incapaces de trascender a prácticas reales de compromiso por cambios en las dinámicas de mercado. Pues, ocurrido esto, las respuestas de las empresas no podrían tener otro carácter más que de satisfacción de una demanda simbólica mediante una oferta igualmente simbólica. Al final de cuentas, las preferencias que interesan más no son las suyas sino las de sus clientes[8].

Los rasgos fundamentales de la responsabilidad social inspirada por las empresas y orientada a sus intereses, radican en su significado voluntario, su carácter de autorregulación y la ausencia de diálogo social; en general, con ella lo que se busca es publicitar y promover la buena imagen de la empresa para asegurar la fidelidad de los consumidores. Por esta razón, los esfuerzos contrahegemónicos actuales están orientados a plasmar las exigencias de la RSE en un marco normativo internacional democrático y con verdadero carácter vinculante, pues la mayor deficiencia de las iniciativas que se han intentado en este nivel es, precisamente, la falta de obligatoriedad de los compromisos firmados que impide cualquier forma de control efectivo.

Dicho reto es complejo si se tiene en cuenta el enorme poder que han ido acumulando las EM. Por esta razón, ante iniciativas como el foro mencionado al iniciar este escrito, surgen dudas sobre las posibilidades de reconocimiento que puedan significar para las voces de comunidades que padecen la vulneración de sus derechos; se esperaría que eventos de tal magnitud generen respuestas ante la posición de los empresarios que entienden el respeto por los derechos humanos como meros actos de buena voluntad. Sin embargo, no es de extrañar que resulte siendo un espacio de reproducción de las respuestas capitalistas a las presiones sociales, y que, por lo tanto, resalten como protagonistas las voces de los empresarios alardeando de sus buenas prácticas y aumentando con cada segundo su ranking de popularidad.


Escrito por María Botero Mesa



[1] HANBURGER FERNÁNDEZ, Álvaro. Ética y Responsabilidad Social Empresarial. Revista de la Universidad de la Salle. Vol. 29. N° 45, Bogotá, 2008.
[2] SILVERMAN, Jana. La Responsabilidad Social Empresarial más allá de lo voluntario. Cultura y Trabajo. N°67. Dic. 2005.
[3] SHAMIR, Ronen. La Responsabilidad Social Empresarial: un caso de hegemonía y contrahegemonía. En el libro: El derecho y la globalización desde abajo. Hacia una legalidad cosmopolita. Santos, Boaventura de Sousa y Rodríguez Garavito, César A. Ed. Anthropos. 2007
[4]  SILVERMAN, Jana. Op. Cit.
[5]  Afirma Ronen Shamir: “El campo de la RSE funciona, por ello, no simplemente como un amortiguador del hostigamiento hacia las empresas, sino más generalmente como una fuerza constitutiva que conforma la relación entre las empresas y la sociedad en el capitalismo global contemporáneo” Op. Cit. Pág. 88
[6]  SHAMIR Ronen… Op. Cit. Pag. 98 ONG orientadas hacia el mercado.
[7]  Ib. Ídem. Pág. 93
[8] LEAL CARRETER, Fernando. La Responsabilidad Social Empresarial: una propuesta de Modelo. Revista Mexicana de Sociología. Vol. 69 N°3. 2007

domingo, 24 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 5: “DAWAI”, MI NUEVO HOGAR*

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Con el agua cerca se conoce el pez, con la montaña cerca se conoce el canto del ave.**
Refrán chino

El estar y vivir en un nuevo ambiente universitario es uno de esos cambios significativos que marcan esta experiencia. De hecho, era una de las cosas que más curiosidad me generaba antes de emprender el recorrido, cómo sería lo académico, el ritmo de estudio, la Universidad misma, o el primer día de clases en un sitio tan remoto del cual me costaba hacer un diseño imaginario o una representación mental, y al que me acercaba poco a poco, con ansias de sumergirme en ese mundo que me abría la puerta para asistir a un encuentro misterioso y hasta mágico.

Encontrándome ya en la Universidad de lenguas Extranjeras de Dalian (大连外国语大学) la lista de trámites pendientes no estaba cumplida en su totalidad, así que tuve que ocuparme de los últimos detalles antes de comenzar esta etapa educativa; y aquí mismo estaba, en un espacio fresco para empezar a ver y a sentir como la propia casa: “Dawai” (大外), denominación por la que es igualmente conocida esta institución entre las personas.

El cambiar los pesados códigos atiborrados de normas y de comentarios, las variadas lecturas que todavía reposarán en la fotocopiadora del segundo piso de la Facultad, o las carpetas de los usuarios del Consultorio Jurídico, por textos con cientos de caracteres y vocabulario nuevo, un diccionario, y un par de cuadernos, fue al comienzo una curiosa situación que me hacía preguntar por la hora en la que había pasado todo. Venir a China a continuar con el estudio del idioma chino-mandarín, propósito claro, ¿y lo demás?, algo por descubrir, algo por fabricar.

El primer día en que apenas me aventuraba con mis compañeros a recorrer la Universidad y en busca del School of Chinese Studies, para intentar culminar con tanto trámite, se constituyó en uno de esos pasajes simples de la vida que logró dejar huella imborrable en mi memoria. Las aceras y las calles repletas de gente, de universitarios, que parecían salir de todos lados y venir hacia nosotros y nosotros ir hacia ellos, observando por primera vez lo que luego se volvería cotidiano, e intentando distinguir entre rostros al principio todos tan igualitos. Presenciar esto, o como aquí se diría, 人山人海***, en una mañana de tantas en la que todos salían desde sus dormitorios para dirigirse a sus salones de clase, significó un encuentro especial.

Indudablemente ha sido un viaje en el que las sorpresas parecieran estar por todas partes y no cesar. Este es el caso entonces del campus universitario, en el que he podido vivenciar un contraste respecto a lo que ya me había acostumbrado en cuanto a aspectos que implica la educación superior. 

Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
Quizás la primera impresión que me generó el recorrer las instalaciones de la Universidad fue la de una atmósfera impecable, y no es para menos, la limpieza en los diferentes sitios, el orden en los restaurantes, en cada rincón, como si todo gozara de una perfección estética, no pueden emanar una sensación diferente. El solo hecho de pasearse por los pasillos, entre los salones, ver las carteleras cuidadosamente ubicadas en el sitio destinado para ello, casi convencen de que nada puede romper un equilibrio calculado encargado de determinar posiciones, sucesos, composición y momentos.    

A veces me transporto mentalmente para traer recuerdos cercanos a esta clase de aspectos físicos de mi alma máter en Colombia, lo que me hace añorar esos lugares en los que cualquier cosa podía pasar y de los que se podía esperar que aparecieran personajes de todo tipo, en los que las mesas, algunas medio desbaratadas, siempre estaban repletas de gente, y en los caminos que, cuando uno menos pensaba, lo sorprendían con mensajes pintados en el suelo o con rayones expresando frases sugestivas en las paredes.

Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
Aquí las flores y los arbustos, allá los frondosos y hermosos árboles; aquí un lindo lago, allá una fuente (¡la fuente!); aquí los horarios sincronizados, allá una fluctuación constante de clases; aquí las cámaras de seguridad posando con naturalidad, allá también están, pero con las discusiones que han traído consigo; aquí las ventas informales de estudiantes todas en hilerita, allá lo mismo, pero sin tal sentido de uniformidad. Aquí la organización y la calidez de un encantador panorama, allá la energía de una mezcla de pensamientos que brotan imparablemente por doquier y vuelven todo imprevisible. Aquí lo que identifico extraño se salvaguarda en un marco de normalidad, allá es normal todo lo que escapara a un estricto sentido común organizativo. Aquí Oriente, allá Occidente.

Indudablemente un espacio que rompe con los esquemas a los que estaba habituada. Otra forma de ver las cosas, desde su perspectiva opuesta, si se quiere; poniéndome a reflexionar en ambos extremos, en realidades distantes con dinámicas y lazos creados bajo significados propios, lógicas construidas desde otro sentido de armonía y movimiento, con otras simetrías y un compás definido a partir de miradas que no tendrían por qué pretender ser semejantes.

Ahora que me detengo a escribir todo esto entiendo que la oportunidad de construir un estilo de vida alejado de “un pasado” que brindaba esos esquemas sensoriales y hasta mentales, a los que ya hice referencia una vez, implica un redescubrimiento de posibilidades, algo así como caer en una dimensión a la que se llega con las herramientas proporcionadas por otra, para desarmarlas, reinventarlas, fortalecerlas, ponerlas a prueba, controvertirlas y elaborarlas una vez más a partir de análisis nacientes, de una inspiración quizás más serena.    


Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
 
Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)



* Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.
** 近水知鱼性,近山识鸟音。(jìn shuǐ zhī yú xìng, jìn shān shi niǎo yīn).
*** Mar o multitud de personas (rén shān rén hǎi).

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿QUÉ TIPO DE ABOGADO NECESITA COLOMBIA?


4º. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que
Encuentres en conflicto el Derecho con la justicia, lucha por la
Justicia. Eduardo J. Couture.


Cuando se leen los mandamientos del abogado creados,  por parte de pensadores y de juristas como San Ivo de Kermantin, Eduardo Couture, Granda de Silva Martins, entre otros, se expresa que el abogado como tal debe luchar por la justicia, por la libertad, por los valores y los derechos que hay en una sociedad.

Tales mandamientos son un compromiso irrestricto que debe asumir el abogado como profesional íntegro y humano. Sin embargo, cada vez se escuchan casos de corrupción y de injusticia, en la cual los principales participes son los profesionales del derecho. Este es el caso de la firma de abogados Brigard &Urrutia, la cual compró 40 mil hectáreas de tierra en el Vichada, en nombre del ingeniero azucarero, Riopaila, de una forma poco ética e ilegal. 

La ley 160 de 1994, de reforma agraria, está inspirada en el mandato constitucional de que el Estado debe promover el progreso al acceso a la tierra y mejorar la calidad de vida de la comunidad campesina. Cumpliendo con el objetivo expresado en esta, el legislador restringió la compra y venta de baldíos, por lo cual prohibió que una persona pueda ser dueña de una unidad agrícola familiar, la cual es concebida como: "la empresa básica de producción agrícola, pecuaria, acuícola o forestal cuya extensión, conforme a las condiciones agroecológicas de la zona y con tecnología adecuada, permite a la familia remunerar su trabajo y disponer de un excedente capitalizable que coadyuve a la formación de su patrimonio". Sin embargo, esa prohibición no persuadió a la firma de abogados y a sus clientes, ya que se ingeniaron la forma de crear 27 sociedad por acciones simplificadas contiguas, lo que les permitió apoderarse de grandes extensiones de tierra en los llanos orientales.

Bajo la justificación de que interpretaron la disposición como abogados sofisticados, hicieron un atentado contra el mismo fin de la ley, que es la democratización del acceso a la tierra por parte de los ciudadanos colombianos. En este momento esos artilugios jurídicos han sido sancionados por la Superintendencia de Sociedades, la cual emitió un acto en la que condena a una de las multinacionales implicada en el escándalo, como es la empresa Mónica Colombia S.A.S., en donde se le ordenó devolver los 2.076 millones de pesos que recibió de subsidios por parte del Estado.

Mónica Colombia S.A.S. es una multinacional que como Riopaila, Poligrow, Cargill y The Forest Service, utilizaron figuras como sociedades por acciones simplificadas (SAS) para burlar la ley y apoderarse de grandes extensiones de tierra y recibir subsidios del Estado, realizando una reforma agraria que atenta contra principios como los de igualdad y justicia establecidos en el derecho.

La pregunta que nos debemos hacer como abogados y como seres humanos es ¿hasta qué punto la profesión y la lealtad al cliente, pueden atentar contra -valores supremos como la justicia?. La solución puede radicar en los mandamientos que edifican la profesión de abogado y más que esto es un compromiso con un país donde no todos tienen igualdad de oportunidades para acceder a la educación, a la salud y a la tierra.

Hay que recordar aquellas reglas que nos deben fundar como juristas que se deben encaminar al progreso de una sociedad necesitada de una justicia social, por el contrario, si no lo realizamos es seguir manteniendo un statu quo caracterizado por que los poseedores salen adelante, en detrimento de personas que carecen de recursos económicos.

Para terminar este pequeño escrito quiero recordar el noveno mandamiento de Granda da Silva Martins, que abogados como la firma Brigard & Urrutia y muchos otros han olvidado:   

"El ideal de la justicia es la propia razón de ser del Derecho. No hay derecho formal sin justicia, sino sólo corrupción del Derecho. Hay derechos fundamentales innatos en el ser humano que no pueden ser negados sin que sufra toda la sociedad. Que el ideal de la justicia sea la brújula permanente de tu acción, abogado. Para esto estudia siempre, todos los días, con el fin de que puedas distinguir qué es lo justo de lo que sólo aparenta ser justo”.


Pregúntate: ¿Qué tipo de profesional eres?






Realizado por Telémaco

viernes, 1 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 4: ROMPIENDO BARRERAS*

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Llegado el carro a la montaña seguramente encuentra el camino.**
Proverbio chino

Una de las primeras cosas de las que tuve que ocuparme al llegar a este país fue el establecer comunicación con mis allegados en Colombia. Justamente antes del viaje me preocupaba el tema del acceso a los sitios en internet, debido a la restricción por parte del gobierno sobre este tipo de medios masivos; por lo que una vez instalada en la Universidad no tardé mucho en enterarme de la manera en que podía acceder a la red informática e intentarlo, para salir de dudas.

Compré entonces una tarjeta amarilla, introduje el número y la clave que esta contenía, y a manera de celular prepago pude conectarme otra vez con “el mundo”. Fue así como pude corroborar lo que sabía acerca del bloqueo de páginas web.

Efectivamente, la entrada a famosísimos sitios como lo es YouTube parece ser una misión imposible en China, y para quienes tienen Facebook, algo más por lamentar. Las caritas tristes, los avisos de “Esta página web no está disponible”, la lentitud para cargar algunas de ellas, un buscador de Google sospechoso y el impedimento para acceder incluso a este mismo blog, son sucesos cotidianos cuando uno está frente a la pantalla del computador.

Por fortuna, y gracias a una compañera, logré instalar en mi ordenador lo que debe ser usual para los extranjeros que estamos acostumbrados a navegar por sitios aquí “no debidos”: un programa informático que, aunque a veces con dificultades, permite romper esas barreras a la información.

Definitivamente el tema de la comunicación es uno de los puntos álgidos en esta sociedad. Ha sido interesante para mí leer y enterarme de primera mano un poco sobre el asunto. ¿Qué medios virtuales han establecido los chinos para agruparse y crear puentes entre ellos?, ¿Cómo es el manejo de las redes sociales?, ¿Al fin y al cabo el internet que tanto permite o qué tanto restringe?

Seguramente parte de la respuesta está en populares nombres como QQ, Weixin (微信) y Renren (人人网), pues son estos avances tecnológicos los encargados de que muchos puedan intercambiar mensajes, enterarse de noticias, tener conversaciones a distancia y compartir fotos. Quizás esa sea la razón por la que llama la atención en ocasiones ver a la población joven “pegada” a los celulares.

¿Se puede decir que estas son vías por las que se materializa la libertad de expresión?, ¿Hasta qué punto se puede llegar con esta?, ¿A qué actores sociales acogen estos inventos y a quiénes deja de lado?, ¿Cómo es la intervención del gobierno? Son muchas las preguntas que surgen, y claro está, aquí no se agota el tema.  

Pensar en todo esto me recuerda un documental que vi hace un tiempo, que más allá del manejo que se le da a sus elementos narrativos y su sentido artístico, ayuda a hacerse una idea de la dinámica de lo que he venido comentando.

A continuación comparto entonces una obra dirigida por Alison Klayman sobre Ai Weiwei, un activista chino arriesgado, atrevido, un desafiante del arte y del poder, ubicándolo en los límites de lo permitido y del peligro, y como el nombre del filme en español lo indica, sin pena.

Aquí está, Ai Weiwei: Never Sorry. Y si se quiere ver a este artista cantar, hay que verlo, literalmente, hasta el último minuto.




Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)


* Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.
**车到山前必有路。(chē dào shān qián bì yǒu lù).

sábado, 19 de octubre de 2013

CAPÍTULO 3: ESTO HUELE A CHINA… *

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Una hoja que obstaculiza la vista, impide ver la montaña Taishan.**
Modismo chino

Había llegado la hora, era momento de partir y no había marcha atrás, la suerte estaba echada y las apuestas por lanzarse a una nueva etapa habían alcanzado su punto; la alegría, el susto, la ansiedad y la emoción por fin se encontraban frente a su determinante causa. Iba camino al aeropuerto, no se me olvida que la luna estaba llena, así que gozaba de su belleza en la que sería mi última noche en Colombia, anhelando que esto quizás pudiera significar un buen presagio.

Luego, el cruzar la puerta, la última, mientras me alejaba poco a poco de algunos de mis familiares; tomar las maletas de mano, una chaqueta y dar el paso definitivo, esperando dejar, esperando llevar, esperando ir por más… cargando ilusiones e impulsada por sueños.

El tener la oportunidad de vivir un recorrido entre largas esperas en los aeropuertos y eternas horas de vuelo tiene su mayor impacto en los sentidos. No se puede escapar entonces a cosas tan sencillas y profundas como lo es la sensación de despegar, o ver cómo se confunden el azul del cielo y el azul del mar a través de la ventana, y a medida que se va avanzando, observar que cada vez son más los rostros con rasgos orientales los que ocupan los asientos de los aviones.      

Esta experiencia de viajar y después llegar a un país extranjero, además de la adrenalina que por supuesto implica y de las características obvias que lo rodean me traen a la mente algunas reflexiones; y es que antes de cualquier análisis concienzudo sobre los aspectos culturales o sociales que uno se pudiera formular, se derivan elaboraciones precisamente a partir de esos detalles mínimos. 

Lo que más me cuestiona tiene que ver con las formas. A lo que me refiero es a que cuando nos acostumbramos a vivir en un entorno específico, este definitivamente tiende a determinarnos, él mismo nos indica cómo relacionarnos y qué hacer para encajar en él. El salir a otros espacios y ver otras figuras, degustar otros sabores, entender otras lógicas, escuchar otra articulación de palabras en el habla, en fin, sentir y percibir diferente, trae consigo un ambiente fresco para el cuerpo que estaba ya habituado a otra realidad, o mejor, a su realidad.

Y es que luego de dos días y medio de viaje, al momento de llegar, e incluso hasta unas semanas después, todavía se me venían a la memoria recuerdos tan vivos de los sitios, de la gente, de mi tierra, respecto al cual habría desarrollado un sentido de pertenencia, haciendo que este encuentro inevitablemente me rodeara de una serie de preguntas, simples y razonables al mismo tiempo, basadas en los por qué: ¿Por qué la gente actúa de cierta manera? ¿Por qué ese olor característico que parece inundar todos los lugares? ¿Por qué se acostumbra a hacer lo uno o lo otro? ¿Por qué en las calles los semáforos parecen estar al revés? ¿Por qué a veces la luna se ve de color amarillo? ¿Por qué, por qué, por qué…?

Me surge la inquietud de si podríamos hablar entonces de esquemas sensoriales. Es decir, ¿Hasta qué punto desarrollamos cierta dependencia o qué tan ligados estamos a los componentes de nuestra realidad inmediata? ¿Hasta qué punto nuestros sentidos logran acostumbrarse a las formas, a las figuras, a ciertas vías para interactuar y construir el entorno? Y si efectivamente nuestros sentidos están influenciados en tal medida, ¿terminaría esto por generar también en nosotros esquemas mentales de otro tipo?

El crecer y el estar inmersos en determinada cultura, bajo ciertos parámetros sociales y siguiendo prácticas repetitivas que nos ubican en algún sitio y nos dan identidad, pareciera tener un efecto que nos va acondicionando como sujetos, que nos impide sorprendernos, que nos adecúa, fácilmente ocasionando que nuestra perspectiva de todo lo que sucede alrededor goce de perfecta normalidad.

El vivir esto me pone a pensar en que quizás deberíamos rescatar ese momento, esa hora de la vida, en que todo era un por qué, cuando todavía cualquier objeto o acontecer era algo nuevo, cuando a todo se le buscaba una razón, cuando a todo se le encontraba una “gracia”.

¿Por qué no cuestionar y hacer visibles para nosotros mismos esos esquemas sensoriales, o quizás las sospechas de esquemas mentales? ¿Por qué no mantener despierto el espíritu inquieto?

Defiendo la idea de que ante todo somos humanos, seres sensibles, y de allí lo importante de tener un sentido de admiración hacia la naturaleza, las tradiciones, los diversos saberes. Lo interesante entonces está también en ser conscientes de que esta construcción está mediada no solo por sensaciones, también el tejido social en el que nos educamos o desenvolvemos maneja sus propias “directrices”, que menos o más intuitivas, se apropian de una dinámica de vida, y no por eso han de dejar de ser susceptibles a cuestionamientos.     



Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)




* Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.
**一叶章目,不见泰山。(yīyèzhàngmù, bùjiàn tàishān).

miércoles, 9 de octubre de 2013

CAPÍTULO 2: UNA CRÍTICA A LA CRÍTICA, Y QUE VALGA LA REDUNDANCIA*

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Lo que oyes puede ser falso, pero lo que ves es cierto.[1]
Refrán chino

Hace unos pocos meses, cuando leía los comentarios de varios internautas en una de las páginas web que relataban la noticia de la realización del Congreso Iberoamericano de los Institutos Confucio en la ciudad de Medellín, me llamaba mucho la atención el encontrarme con algunos que parecían empeñarse en alertar y advertir los peligros de entablar cualquier tipo de relación con China, coadyuvando a construir un muro que evitara el poder ver algo diferente a una sociedad perversa, casi monstruosa y asesina, haciendo generalizaciones y tomando a la sociedad china más como un contenedor de cosas que como un pueblo pensante, con identidad, con historia, con conocimientos.   

Me molestaba la manera en que estas expresiones llevaban el ejercicio crítico a un punto repugnante, como si se tratase de una comunidad vacía sin nada que aportar al resto del mundo. Y es que no es cuestión de evadir la realidad o de vestir con colores lo que simplemente no se puede, es que cuando la perspectiva crítica se limita a leer lo negativo, a centrarse en lo que es dañino, hasta el punto de enceguecerse frente a otros prismas y de perder de vista el sentido de la propias ideas, se está en el error de anular toda esperanza de algo mejor, de lo que pudiera ser con aquello otro que está alrededor y que cuenta, que también es, que sí existe.

Tampoco se refiere esto a que la crítica tenga que ofrecer alternativas o que tenga que ser constructiva de por sí, pues incluso el solo interrogarse con fundamentos también cuenta y es importante, más bien, no debería acostumbrarse al pesimismo, a un visor que solo captara los lunares que hacen parte de un todo para expandirlos, cubrir lo demás y estigmatizar.

Sabía que esos comentarios eran poco serios, criticar porque sí, criticar con odio y sin mesura, definitivamente no es esa mi opción, y mucho menos ahora, en medio de esta sociedad oriental que se ha convertido en mi casa. Ver de cerca a personas igualmente sensibles, que trabajan hasta el cansancio, que estudian, que sueñan, que sonríen, que viven en comunidad y se divierten, de las cuales se aprende y con quienes se puede compartir, basta y sobra para recordar de nuevo esas palabras que leía y concluir lo injustos que somos a veces, lo fácil que resulta calificar a otros, simplificando su valor, encasillándolos en adjetivos falsos o que con facilismo pretenden distorsionar y prender una alarma caótica donde quizás lo más conveniente sería el extender una mano amiga.       

No dejar a un lado la perspectiva crítica, por supuesto, pero tampoco privarse de las riquezas que coexisten junto con aquello que criticamos, sí que prefiero ese camino.


Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)





*Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog. 
[1] 耳听为虚,眼见为实。(ěr tīng wéi xūyǎn jiàn wéi shí).

viernes, 4 de octubre de 2013

CAPÍTULO 1: DE VIAJE A UNA AVENTURA * **

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Antes de viajar al extranjero, de enfrentarse a una experiencia desconocida, es inevitable pasar por una corriente de sentimientos variados e intensos. Aunque la calma de acudir a un nuevo rumbo, y sin saber lo que pudiera deparar el destino, fuera lo que invadiera la mente, tampoco se podía escapar por momentos de la montaña rusa que a veces subía hasta lo más alto, alcanzando una emoción desmedida, logrando descender en ocasiones hasta las fronteras de la nostalgia.

Así, preguntándome a mí misma si quizás no sería una locura el embarcarse en tal aventura y aproximándome cada vez más a un remolino que quisiera absorberme precipitadamente, tomé el tiquete para abordar con decisión el vuelo al futuro, el futuro que es para el occidente el presente del oriente.

Dejar atrás las costumbres, las personas, un estilo y un ritmo de vida, y hasta aspectos tan sencillos como lo es una rutina, la comida, el idioma, el clima, el paisaje… romper con unos sucesos cotidianos, un ir y venir que pareciera eterno, que pareciera que se fuera a quedar con uno por siempre, para terminar por dar un salto a otro lugar, a un espacio remoto, novedoso, tan apartado de lo conocido hasta ahora por los propios sentidos.

Todas las expectativas vertidas en la ruleta de las sorpresas, para finalmente dibujarse una sonrisa en el rostro cuando aquél vuelo va aterrizando a esta tierra extraña identificada como el nuevo hogar que sonríe al mismo tiempo para dar la bienvenida y acogerlo como a uno más, a uno de los suyos.

Así es, romper y saltar, abrir la puerta y entrar a crear relaciones con el entorno, a acomodarse y encontrar su propio yo en una nueva realidad. Es este apenas el comienzo de un recorrido maravilloso por otra cultura, otras mentalidades, otro aire que al fin y al cabo es el mismo que todos respiramos.                


Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)





*Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog. 

**No podría dar inicio a una serie de relatos sobre una experiencia tan significativa sin antes expresar mi especial agradecimiento al Instituto Confucio, a la Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian (大连 外国语 大学), a mi familia, a mis profesores, compañeros de estudio, y demás personas que han compartido conmigo su ánimo y apoyo. A todos, gracias.

EXPRÉSATE - ¿QUÉ SIGNIFICA SER CRÍTICO EN EL ESTUDIO DEL DERECHO?

El estudio del derecho no debe ser en definitiva una absorción mecanizada de un cúmulo normativo, hay un sentido y existen posibilidades para ser críticos en esta práctica. Comparte en este espacio tu visión acerca de qué significa ser crítico en el estudio del derecho.

martes, 27 de agosto de 2013

NO USAMOS EL MISMO LENGUAJE, "AHÍ ESTÁ EL DETALLE"


Si bien las películas son una excelente fuente para la reflexión jurídica sin la necesidad de que estas versen sobre un conflicto que haya de resolverse en escenarios típicamente judiciales, en esta ocasión se desarrollarán ciertas ideas a partir de un filme que pasa por esa representación formalista del derecho que termina por imprimir su mayor fuerza en el desenlace de la historia. Aún así, goza de un toque muy especial, no solo en razón a que es una obra de comedia sino también porque logra poner en una encrucijada al lenguaje jurídico cuando choca con las particularidades y el mundo mismo que envuelve el lenguaje de lo cotidiano y las trabas que este le pudiera acarrear.

Ahí Está el Detalle es una cinta cinematográfica dirigida por Juan Bustillo Oro y protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas” que fue estrenada en el año 1940. Sus elementos narrativos más destacables son sin duda el guión y la actuación, que conjugados con una apreciación encaminada a extraer avistamientos desde la esfera del derecho pueden llevar a interesantes análisis socio jurídicos.

Todo comienza con una difícil decisión que debe tomar Cantinflas en la que se ve quizás movido por la preocupación de conservar el amor de su novia “Pacita”, como él la llama, o mejor, por tener asegurada la comida para cada día. Lo que este personaje no se imaginaría es que su afán por ella le traería líos con los patrones de la casa donde esta se desempeña como empleada del servicio doméstico, resultando envuelto en una trama de sucesos que lo llevan, enhorabuena, a ser el eslabón perdido de una familia, y por si fuera poco, a encarnar el papel de padre de otra más, con ocho hijos de por medio. Lo que planea Cayetano Lastre, el señor de la casa, como una trampa con la policía para sorprender a su esposa Dolores con quien le fuera infiel termina siendo la vía perfecta para evitar el escarmiento de un estafador hacia ella, conocido como “Bobby Lechuga” o “Fox Terrier”, a cambio de una mentira que le estaría costando la soltería y hasta la vida a Cantinflas.

Por esa línea es que se desenvuelve una entretenida historia que guarda su mayor riqueza en los diálogos y en el perfil de los personajes que no se mantienen estáticos sino que evolucionan, intrigan al espectador y causan emoción; los protagonistas actúan acorde a la intención dramática propuesta y transmiten por medio del rostro y de la voz las provocaciones cómicas del momento que ponen en el punto justo las tensiones y disparidades que se quieren resaltar.

Los últimos fotogramas de la película corresponden a un estrado judicial en el que el personaje principal es acusado por homicidio, propiciando un enardecido debate a causa de confusiones dadas por la existencia de un homónimo de la víctima; y es que el valor que está en tela de juicio precisamente es la justicia, que se ve sorteada a través de diversas peripecias, en diferentes escenas y entre uno y otro punto de giro de la obra.

¿Realmente mató Cantinflas al occiso del que se habla en su enjuiciamiento? ¿Saldría librado de cualquier condena? Son preguntas estas que conducen no sólo a ver el filme sino a pensar también en el por qué de su situación, en los vericuetos de una narrativa inteligentemente construida para poner en evidencia, y de manera divertida, la diferencia de perspectivas, el juego de intereses, y por supuesto, los contrastes de lenguajes que se contraponen y que responden a distintas experiencias y visiones de vida, como lo es la otorgada por el manejo que se le da a fenómenos como la pobreza, e incluso, la película misma refleja o toma partido de una determinada posición social de la mujer, al ubicarla en personajes pasivos.

Es de rescatar que la obra está plagada de figuras distintivas para el campo jurídico, se habla de una herencia, de estafa, de un homicidio, del salario mínimo, de indicios, pruebas, testamentos, leyes, de matrimonio, de una audiencia, de la actividad ilegal, e incluso, se llega a mencionar un embargo. Pero más allá de estas instituciones tan reconocidas por los estudiosos del derecho habría que fijar la atención en las formas opuestas de entender realidades, de expresarlas y asumirlas; y es aquí donde se presenta algo curioso que se torna repetitivo y se constituye en la alternativa de los personajes para sacar adelante sus propios intereses: utilizan, acuden y escapan de figuras normativas según les convenga y desde su propio entendimiento del asunto.

Así por ejemplo, Cayetano Lastre recurre a agentes estatales en el intento de desenmascarar in fraganti el adulterio de su esposa para conseguir fundar sus celos, Cantinflas termina entregándose al cuerpo policial que lo busca para huir de un destino fatal que lo quisiera aprisionar en las rejas de la “libertad”, la defensa del procesado trata desesperadamente de adecuar la tipificación de su conducta de manera que esta sea justificada, y Clotilde Regalado, una persuasiva y audaz mujer, no desaprovecha las circunstancias para igualmente sacar ventaja de una fortuna que en adelante le aseguraría el sustento a ella y a su extensa familia.

Si se trabajara de una forma metafórica el asunto del choque de lenguajes, representado en esta ocasión por la brecha existente entre clases sociales y entre tecnicismos jurídicos que se quisieran imponer a la elocuencia coloquial, se podría concluir que el panorama que ofrece la obra da cuenta de la existencia de una especie de chicle jurídico, entendiendo este término en el sentido de que todo el entramado conceptual que emana del derecho es susceptible de ser manipulado y hasta estirado, para que se acomode a lo que sea. En ese sentido, la jerga de la que deben apropiarse y que tanto estudian los juristas es como una goma de mascar que se moldeará según sea quien lo consuma y el sabor que le ponga, en otras palabras, el encuentro de realidades diferentes dadas por costumbres, formas de vida e idiosincrasia reúnen las condiciones para que el sujeto perteneciente a este cúmulo de factores se determine bajo cierta identidad y actúe, frente al derecho, según sus intereses personales y el rol que cumpla socialmente, manifestados en una forma propia o específica de exteriorizar lo que piensa, que termina siendo fácilmente opuesta a otras posiciones, que igual que esta, se comportan y fluctúan atendiendo a objetivos subjetivos.
                 
Volviendo a los detalles de la película, como se observará, Cantinflas toma la caracterización de un personaje vago, incumplidor de la ley, de clase social baja y sin educación, aspectos todos estos que determinan sus actitudes, su reacción ante el aparato institucional y sus tendencias para auto defenderse, empleando un lenguaje que intermedia entre su esencia y otros individuos y actores sociales ajenos a ella, configurándose también como cómplice de su estilo para enfrentar la vida.

En cambio, por ejemplo, otro es el caso de su abogado defensor, quien siendo coherente con el papel que debe cumplir en el juicio y desde su profesión, transita por múltiples recovecos con el fin de hacer encajar hechos irreales en alguna figura jurídica que pudiera facilitar el ejercicio de defensa, acomodando el lenguaje formal a episodios que únicamente estarían en su imaginación, proyectándose en una meta ciega de amparar a toda costa, y propiciando así la idea de que los juristas manejan meticulosamente las palabras, descargándole precisión y rigidez para la interpretación que se pretende. Sin embargo, sorprendentemente el jurado y los demás sujetos que presencian la audiencia son testigos de un contagio extraño del lenguaje acantinflado hacia los funcionarios que han sido el centro de atención del público, acontecimiento este que ha de inquietar todavía más acerca de las barreras lingüísticas que en este caso no son otra cosa que el espejo de capas, espacios y estratificaciones sociales.     


Se trata pues de una película que juega con las palabras, con los nombres, que incita a atravesar y enredar los lenguajes, los estilos de expresión, que a veces parecieran ser un muro que divide perspectivas, y en otras ocasiones, se convierten en el comodín ideal para filtrar voluntades, en fin, ¿qué hacer desde el derecho para conciliar este “idioma” jurídico con las sinceras necesidades de quienes lo padecen?, el cómo traducirlo es ahora el detalle.
Escrito por María Adelaida Galeano P.

viernes, 16 de agosto de 2013

¿HAY UNA POSIBILIDAD EMANCIPADORA EN EL DERECHO?


Quizás sea el interrogante que ha generado muchas de nuestras reflexiones; las respuestas no son fáciles, pero no por ello impensables, sin embargo lanzar una respuesta, sería algo inútil e innecesario; por ello es mejor dejar puertas abiertas, que más que soluciones son procesos de reflexión, construcción y reconstrucción. Empero es posible asumir a priori, por intuición, por indignación, por experiencia… tres posiciones: una optimista, que reconozca en el derecho un potencial emancipador y liberador; una pesimista, que niega en el derecho un potencial emancipador, y lo considera como un instrumento de dominación; y por último una realista que, toma una posición optimista como deber ser, pero que reconoce que de hecho el derecho sirve como un instrumento de dominación.

¿Cuál asumir? La respuesta, depende del momento en que se encuentre el proceso de petición social. En esta parte conecto con los textos leídos (los límites del derecho en la globalización contrahemónica: la corte suprema de la india y la lucha en el valle de Narmada. BalakrishnanRajagopal; El movimiento de los Sin Tierra, el campo Jurídico y el Cambio legal en Brasil. Peter P. Houtzager).

De los textos podemos identificar tres actores, que pueden ser reconducidos a tres campos, los primeros son“los movimientos sociales”, el segundo “los intelectuales orgánicos o especialistas”, y el tercero  “la institucionalidad, representada por los jueces (que necesariamente tienen que ser intelectuales orgánicos); cada campo funciona con lógicas diferentes; los movimientos sociales funcionan expeditamente, con conocimientos ancestrales, tienen poco capital económico y cultural (cultural en el sentidos de conocimientos para defenderse en sede judicial), viven en la realidad social, pluralidad de sujetos niños, mujeres, indígenas, campesino; la institucionalidad funciona más lenta, atiende a la formalidades del derecho, poco conocimiento de las realidades sociales, tienen altos capitales económicos, culturales y sociales; los especialistas son una mixtura de estas dos lógicas tiene que jugar con los dos campos, conocen la realidad social pero también conocen las lógicas institucionalistas, tiene altos capitales sociales y culturales.

Es preciso mantener diferenciados los dos campos contrarios  –por decirlo así- , es decir, el campo de las lógicas de los movimientos sociales no debe someterse a las lógicas del campo de la institucionalidad.

Lo primero, para que las lógicas de la institucionalidad no deshagan las lógicas de los movimientos sociales, es común  que, los movimientos sociales una vez utilizan el derecho, crean expectativas y sucumben en su lucha, dejando todo a la institucionalidad.

Lo segundo, la institucionalidad  a la hora de fallar debe funcionar con sus lógicas, es decir se debe de fallar en derecho, sin embargo, como lo anota Rajagopal, ya los jueces deben de tener en cuenta en sus decisiones, que el derecho funciona como un campo de lucha, y que detrás de cada decisión hay intereses en pugna.

Los especialistas, son los que conectan estos dos campos (según Gramci son los que conectan las estructuras con las superestructuras y en las superestructuras la sociedad civil (hegemónica) con la sociedad política (poder).

Houtzager, ha llamado a este proceso, el proceso de traducción, como hacer que se acopasen las dos lógicas, por ejemplo en la experiencia del Movimiento Sin tierra, el derecho adoptó plazos de resolución de conflictos mas rápidos, pues se necesitaban respuestas rápidas.

Por ejemplo, estos intelectuales deben adoptar una posición optimista, para poder cumplir con su función de traducción, de lógicas de los movimientos a lógicas jurídicas. Sin embargo, deben tener cuidado en no reducir la lucha a una sola lógica.

La respuesta de la institucionalidad, es crucial para la toma de futuras posiciones.

Y de algún modo, en la respuesta de la institucionalidad, se vislumbra la respuesta al interrogante de ¿si el derecho puede ser emancipador o no?, los procesos en su resultado pueden ser inciertos, sin embargo, durante el camino hacen  cambios importantes en el derecho. Ejemplo de ello es la experiencia del movimiento del Narmada, donde marcó precedente en los comportamientos del banco mundial, al hacer que se retirará del proyecto, y en los primeros momentos de contacto con la Corte Suprema de Justicia.

Sin embargo, el momento crucial es la decisión última que trata el caso de fondo. (En este se nota la importancia de la diferenciación de campos) pues la decisión puede ser favorable o desfavorable.

Tener bien delimitados los campos, permite adoptar las otras dos posiciones, la realista y la pesimista, la realista cuando a pesar de una decisión desfavorable quedan resquicios por donde continuar la lucha con las lógicas jurídicas; por ultimo queda adoptar la posición pesimista, donde el derecho niega toda posibilidad emancipadora.

Es importante esto, para identificar en el momento de traducción una etapa importante donde los abogados pueden influir, donde aplicar el “uso alternativo del derecho” respetando el “derecho alternativo” de los movimientos sociales, ser eso, traductores de realidades y no abogados especialistas.

Por. Laim Isama