viernes, 29 de noviembre de 2013

RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL ¿UNA POLÍTICA DE EMPRESA O UNA ESTRATEGIA DE MARKETING?


En vísperas del  segundo Foro de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos que tendrá lugar en Ginebra del 2 al 4 de Diciembre de 2013, conviene reflexionar un poco sobre un fenómeno que se ha ido generalizando en el campo mercantil, éste responde al nombre de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Anteriormente, bajo los postulados de la teoría clásica de la economía, se entendía que la única responsabilidad social de las empresas era de orden económico y consistía en generar beneficios de ésta índole, tales como incrementar las utilidades, maximizar el beneficio, asegurar la rentabilidad o generar riqueza[1]. No obstante, recientemente se ha ido expandiendo una nueva doctrina sobre la razón de ser de las empresas, según la cual éstas, antes de perseguir propósitos económicos, están llamadas a responder a finalidades sociales, sirviendo como un medio encaminado al bienestar general y la justicia social.

Vista así, la RSE aparece como una corriente subversiva tendiente a impulsar cambios estructurales en el orden social establecido. Sin embargo, la reflexión que pretendemos plantear en este escrito, busca ahondar más en los orígenes de esta nueva doctrina, para comprender, desde ellos, las manifestaciones actuales de la RSE en medio de una innegable tensión entre hegemonía y contrahegemonía.

De este modo, al auscultar dichos orígenes, encontramos que, a partir de los años 90’s, varias empresas multinacionales o transnacionales (EM o ET), tales como Gap, Nike, Levi Strauss y Disney, se convirtieron en objeto de una serie de escándalos perturbadores que denunciaban las pésimas condiciones laborales que regían al interior de sus líneas de producción[2]. Como consecuencia de la indignación generalizada que esto produjo en los grupos de consumidores, se empezaron a adelantar campañas de boicot para obligar a dichas empresas a emprender cambios y dar primacía a los derechos humanos en sus dinámicas productivas, con ello la imagen pública de las marcas quedo rápidamente desacreditada.

Poco a poco, se fue reconociendo, cada vez más, que las EM son autoras responsables de diversas tragedias sociales, entre ellas se encuentran situaciones tales como el desarraigo masivo de poblaciones como consecuencia de los proyectos para el desarrollo, la explotación directa e indirecta de la mano de obra barata, la cooperación con regímenes opresivos, el empobrecimiento de los hábitats y recursos naturales, y la destrucción de culturas indígenas[3]. Esta realidad fue estimulando el incremento de la presión de las protestas sociales, y como resultado creció también el desprestigio de las reconocidas empresas.

En este contexto, las empresas empezaron a crear códigos de conducta para manifestar la buena voluntad de mejorar sus políticas[4]. Es entonces cuando tiene lugar la aparición de la RSE como respuesta capitalista frente al peligro de que se politice el dominio de lo privado y se convierta en objeto de preocupación pública[5].

Alertadas por las presiones sociales, las EM empiezan a servirse de un fenómeno que podemos llamar efecto espejo, el cual consiste en absorber los discursos de sus críticos y opositores para autolegitimarse y eliminar el contrapeso. Así, por ejemplo, empiezan a crear o a financiar organizaciones de derechos humanos paralelas a las de contrahegemonía[6], para presumir del aval institucional y lograr la limpieza de su imagen.

En la misma línea, la RSE es adoptada por las empresas bajo la idea de que “la caridad es buena para los negocios”[7], de modo que las nuevas concepciones de responsabilidad empresarial se integran en los viejos modelos sobre cómo administrar exitosamente un proyecto de negocios y sobre cómo asegurar su reputación, haciendo de la RSE un nuevo medio para asegurar la confianza de los inversores.

Una verdadera política de RSE implicaría reevaluar la idea de Desarrollo vigente en el actual contexto de globalización neoliberal. Una de las mayores dificultades radica en impedir que las denuncias sociales se reduzcan a meros discursos simbólicos, incapaces de trascender a prácticas reales de compromiso por cambios en las dinámicas de mercado. Pues, ocurrido esto, las respuestas de las empresas no podrían tener otro carácter más que de satisfacción de una demanda simbólica mediante una oferta igualmente simbólica. Al final de cuentas, las preferencias que interesan más no son las suyas sino las de sus clientes[8].

Los rasgos fundamentales de la responsabilidad social inspirada por las empresas y orientada a sus intereses, radican en su significado voluntario, su carácter de autorregulación y la ausencia de diálogo social; en general, con ella lo que se busca es publicitar y promover la buena imagen de la empresa para asegurar la fidelidad de los consumidores. Por esta razón, los esfuerzos contrahegemónicos actuales están orientados a plasmar las exigencias de la RSE en un marco normativo internacional democrático y con verdadero carácter vinculante, pues la mayor deficiencia de las iniciativas que se han intentado en este nivel es, precisamente, la falta de obligatoriedad de los compromisos firmados que impide cualquier forma de control efectivo.

Dicho reto es complejo si se tiene en cuenta el enorme poder que han ido acumulando las EM. Por esta razón, ante iniciativas como el foro mencionado al iniciar este escrito, surgen dudas sobre las posibilidades de reconocimiento que puedan significar para las voces de comunidades que padecen la vulneración de sus derechos; se esperaría que eventos de tal magnitud generen respuestas ante la posición de los empresarios que entienden el respeto por los derechos humanos como meros actos de buena voluntad. Sin embargo, no es de extrañar que resulte siendo un espacio de reproducción de las respuestas capitalistas a las presiones sociales, y que, por lo tanto, resalten como protagonistas las voces de los empresarios alardeando de sus buenas prácticas y aumentando con cada segundo su ranking de popularidad.


Escrito por María Botero Mesa



[1] HANBURGER FERNÁNDEZ, Álvaro. Ética y Responsabilidad Social Empresarial. Revista de la Universidad de la Salle. Vol. 29. N° 45, Bogotá, 2008.
[2] SILVERMAN, Jana. La Responsabilidad Social Empresarial más allá de lo voluntario. Cultura y Trabajo. N°67. Dic. 2005.
[3] SHAMIR, Ronen. La Responsabilidad Social Empresarial: un caso de hegemonía y contrahegemonía. En el libro: El derecho y la globalización desde abajo. Hacia una legalidad cosmopolita. Santos, Boaventura de Sousa y Rodríguez Garavito, César A. Ed. Anthropos. 2007
[4]  SILVERMAN, Jana. Op. Cit.
[5]  Afirma Ronen Shamir: “El campo de la RSE funciona, por ello, no simplemente como un amortiguador del hostigamiento hacia las empresas, sino más generalmente como una fuerza constitutiva que conforma la relación entre las empresas y la sociedad en el capitalismo global contemporáneo” Op. Cit. Pág. 88
[6]  SHAMIR Ronen… Op. Cit. Pag. 98 ONG orientadas hacia el mercado.
[7]  Ib. Ídem. Pág. 93
[8] LEAL CARRETER, Fernando. La Responsabilidad Social Empresarial: una propuesta de Modelo. Revista Mexicana de Sociología. Vol. 69 N°3. 2007

domingo, 24 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 5: “DAWAI”, MI NUEVO HOGAR*

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Con el agua cerca se conoce el pez, con la montaña cerca se conoce el canto del ave.**
Refrán chino

El estar y vivir en un nuevo ambiente universitario es uno de esos cambios significativos que marcan esta experiencia. De hecho, era una de las cosas que más curiosidad me generaba antes de emprender el recorrido, cómo sería lo académico, el ritmo de estudio, la Universidad misma, o el primer día de clases en un sitio tan remoto del cual me costaba hacer un diseño imaginario o una representación mental, y al que me acercaba poco a poco, con ansias de sumergirme en ese mundo que me abría la puerta para asistir a un encuentro misterioso y hasta mágico.

Encontrándome ya en la Universidad de lenguas Extranjeras de Dalian (大连外国语大学) la lista de trámites pendientes no estaba cumplida en su totalidad, así que tuve que ocuparme de los últimos detalles antes de comenzar esta etapa educativa; y aquí mismo estaba, en un espacio fresco para empezar a ver y a sentir como la propia casa: “Dawai” (大外), denominación por la que es igualmente conocida esta institución entre las personas.

El cambiar los pesados códigos atiborrados de normas y de comentarios, las variadas lecturas que todavía reposarán en la fotocopiadora del segundo piso de la Facultad, o las carpetas de los usuarios del Consultorio Jurídico, por textos con cientos de caracteres y vocabulario nuevo, un diccionario, y un par de cuadernos, fue al comienzo una curiosa situación que me hacía preguntar por la hora en la que había pasado todo. Venir a China a continuar con el estudio del idioma chino-mandarín, propósito claro, ¿y lo demás?, algo por descubrir, algo por fabricar.

El primer día en que apenas me aventuraba con mis compañeros a recorrer la Universidad y en busca del School of Chinese Studies, para intentar culminar con tanto trámite, se constituyó en uno de esos pasajes simples de la vida que logró dejar huella imborrable en mi memoria. Las aceras y las calles repletas de gente, de universitarios, que parecían salir de todos lados y venir hacia nosotros y nosotros ir hacia ellos, observando por primera vez lo que luego se volvería cotidiano, e intentando distinguir entre rostros al principio todos tan igualitos. Presenciar esto, o como aquí se diría, 人山人海***, en una mañana de tantas en la que todos salían desde sus dormitorios para dirigirse a sus salones de clase, significó un encuentro especial.

Indudablemente ha sido un viaje en el que las sorpresas parecieran estar por todas partes y no cesar. Este es el caso entonces del campus universitario, en el que he podido vivenciar un contraste respecto a lo que ya me había acostumbrado en cuanto a aspectos que implica la educación superior. 

Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
Quizás la primera impresión que me generó el recorrer las instalaciones de la Universidad fue la de una atmósfera impecable, y no es para menos, la limpieza en los diferentes sitios, el orden en los restaurantes, en cada rincón, como si todo gozara de una perfección estética, no pueden emanar una sensación diferente. El solo hecho de pasearse por los pasillos, entre los salones, ver las carteleras cuidadosamente ubicadas en el sitio destinado para ello, casi convencen de que nada puede romper un equilibrio calculado encargado de determinar posiciones, sucesos, composición y momentos.    

A veces me transporto mentalmente para traer recuerdos cercanos a esta clase de aspectos físicos de mi alma máter en Colombia, lo que me hace añorar esos lugares en los que cualquier cosa podía pasar y de los que se podía esperar que aparecieran personajes de todo tipo, en los que las mesas, algunas medio desbaratadas, siempre estaban repletas de gente, y en los caminos que, cuando uno menos pensaba, lo sorprendían con mensajes pintados en el suelo o con rayones expresando frases sugestivas en las paredes.

Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
Aquí las flores y los arbustos, allá los frondosos y hermosos árboles; aquí un lindo lago, allá una fuente (¡la fuente!); aquí los horarios sincronizados, allá una fluctuación constante de clases; aquí las cámaras de seguridad posando con naturalidad, allá también están, pero con las discusiones que han traído consigo; aquí las ventas informales de estudiantes todas en hilerita, allá lo mismo, pero sin tal sentido de uniformidad. Aquí la organización y la calidez de un encantador panorama, allá la energía de una mezcla de pensamientos que brotan imparablemente por doquier y vuelven todo imprevisible. Aquí lo que identifico extraño se salvaguarda en un marco de normalidad, allá es normal todo lo que escapara a un estricto sentido común organizativo. Aquí Oriente, allá Occidente.

Indudablemente un espacio que rompe con los esquemas a los que estaba habituada. Otra forma de ver las cosas, desde su perspectiva opuesta, si se quiere; poniéndome a reflexionar en ambos extremos, en realidades distantes con dinámicas y lazos creados bajo significados propios, lógicas construidas desde otro sentido de armonía y movimiento, con otras simetrías y un compás definido a partir de miradas que no tendrían por qué pretender ser semejantes.

Ahora que me detengo a escribir todo esto entiendo que la oportunidad de construir un estilo de vida alejado de “un pasado” que brindaba esos esquemas sensoriales y hasta mentales, a los que ya hice referencia una vez, implica un redescubrimiento de posibilidades, algo así como caer en una dimensión a la que se llega con las herramientas proporcionadas por otra, para desarmarlas, reinventarlas, fortalecerlas, ponerlas a prueba, controvertirlas y elaborarlas una vez más a partir de análisis nacientes, de una inspiración quizás más serena.    


Universidad de Lenguas Extranjeras de Dalian
(大连外国语大学)
 
Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)



* Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.
** 近水知鱼性,近山识鸟音。(jìn shuǐ zhī yú xìng, jìn shān shi niǎo yīn).
*** Mar o multitud de personas (rén shān rén hǎi).

jueves, 21 de noviembre de 2013

¿QUÉ TIPO DE ABOGADO NECESITA COLOMBIA?


4º. Lucha. Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que
Encuentres en conflicto el Derecho con la justicia, lucha por la
Justicia. Eduardo J. Couture.


Cuando se leen los mandamientos del abogado creados,  por parte de pensadores y de juristas como San Ivo de Kermantin, Eduardo Couture, Granda de Silva Martins, entre otros, se expresa que el abogado como tal debe luchar por la justicia, por la libertad, por los valores y los derechos que hay en una sociedad.

Tales mandamientos son un compromiso irrestricto que debe asumir el abogado como profesional íntegro y humano. Sin embargo, cada vez se escuchan casos de corrupción y de injusticia, en la cual los principales participes son los profesionales del derecho. Este es el caso de la firma de abogados Brigard &Urrutia, la cual compró 40 mil hectáreas de tierra en el Vichada, en nombre del ingeniero azucarero, Riopaila, de una forma poco ética e ilegal. 

La ley 160 de 1994, de reforma agraria, está inspirada en el mandato constitucional de que el Estado debe promover el progreso al acceso a la tierra y mejorar la calidad de vida de la comunidad campesina. Cumpliendo con el objetivo expresado en esta, el legislador restringió la compra y venta de baldíos, por lo cual prohibió que una persona pueda ser dueña de una unidad agrícola familiar, la cual es concebida como: "la empresa básica de producción agrícola, pecuaria, acuícola o forestal cuya extensión, conforme a las condiciones agroecológicas de la zona y con tecnología adecuada, permite a la familia remunerar su trabajo y disponer de un excedente capitalizable que coadyuve a la formación de su patrimonio". Sin embargo, esa prohibición no persuadió a la firma de abogados y a sus clientes, ya que se ingeniaron la forma de crear 27 sociedad por acciones simplificadas contiguas, lo que les permitió apoderarse de grandes extensiones de tierra en los llanos orientales.

Bajo la justificación de que interpretaron la disposición como abogados sofisticados, hicieron un atentado contra el mismo fin de la ley, que es la democratización del acceso a la tierra por parte de los ciudadanos colombianos. En este momento esos artilugios jurídicos han sido sancionados por la Superintendencia de Sociedades, la cual emitió un acto en la que condena a una de las multinacionales implicada en el escándalo, como es la empresa Mónica Colombia S.A.S., en donde se le ordenó devolver los 2.076 millones de pesos que recibió de subsidios por parte del Estado.

Mónica Colombia S.A.S. es una multinacional que como Riopaila, Poligrow, Cargill y The Forest Service, utilizaron figuras como sociedades por acciones simplificadas (SAS) para burlar la ley y apoderarse de grandes extensiones de tierra y recibir subsidios del Estado, realizando una reforma agraria que atenta contra principios como los de igualdad y justicia establecidos en el derecho.

La pregunta que nos debemos hacer como abogados y como seres humanos es ¿hasta qué punto la profesión y la lealtad al cliente, pueden atentar contra -valores supremos como la justicia?. La solución puede radicar en los mandamientos que edifican la profesión de abogado y más que esto es un compromiso con un país donde no todos tienen igualdad de oportunidades para acceder a la educación, a la salud y a la tierra.

Hay que recordar aquellas reglas que nos deben fundar como juristas que se deben encaminar al progreso de una sociedad necesitada de una justicia social, por el contrario, si no lo realizamos es seguir manteniendo un statu quo caracterizado por que los poseedores salen adelante, en detrimento de personas que carecen de recursos económicos.

Para terminar este pequeño escrito quiero recordar el noveno mandamiento de Granda da Silva Martins, que abogados como la firma Brigard & Urrutia y muchos otros han olvidado:   

"El ideal de la justicia es la propia razón de ser del Derecho. No hay derecho formal sin justicia, sino sólo corrupción del Derecho. Hay derechos fundamentales innatos en el ser humano que no pueden ser negados sin que sufra toda la sociedad. Que el ideal de la justicia sea la brújula permanente de tu acción, abogado. Para esto estudia siempre, todos los días, con el fin de que puedas distinguir qué es lo justo de lo que sólo aparenta ser justo”.


Pregúntate: ¿Qué tipo de profesional eres?






Realizado por Telémaco

viernes, 1 de noviembre de 2013

CAPÍTULO 4: ROMPIENDO BARRERAS*

(De la Serie: Experiencia de Vida en China)


Llegado el carro a la montaña seguramente encuentra el camino.**
Proverbio chino

Una de las primeras cosas de las que tuve que ocuparme al llegar a este país fue el establecer comunicación con mis allegados en Colombia. Justamente antes del viaje me preocupaba el tema del acceso a los sitios en internet, debido a la restricción por parte del gobierno sobre este tipo de medios masivos; por lo que una vez instalada en la Universidad no tardé mucho en enterarme de la manera en que podía acceder a la red informática e intentarlo, para salir de dudas.

Compré entonces una tarjeta amarilla, introduje el número y la clave que esta contenía, y a manera de celular prepago pude conectarme otra vez con “el mundo”. Fue así como pude corroborar lo que sabía acerca del bloqueo de páginas web.

Efectivamente, la entrada a famosísimos sitios como lo es YouTube parece ser una misión imposible en China, y para quienes tienen Facebook, algo más por lamentar. Las caritas tristes, los avisos de “Esta página web no está disponible”, la lentitud para cargar algunas de ellas, un buscador de Google sospechoso y el impedimento para acceder incluso a este mismo blog, son sucesos cotidianos cuando uno está frente a la pantalla del computador.

Por fortuna, y gracias a una compañera, logré instalar en mi ordenador lo que debe ser usual para los extranjeros que estamos acostumbrados a navegar por sitios aquí “no debidos”: un programa informático que, aunque a veces con dificultades, permite romper esas barreras a la información.

Definitivamente el tema de la comunicación es uno de los puntos álgidos en esta sociedad. Ha sido interesante para mí leer y enterarme de primera mano un poco sobre el asunto. ¿Qué medios virtuales han establecido los chinos para agruparse y crear puentes entre ellos?, ¿Cómo es el manejo de las redes sociales?, ¿Al fin y al cabo el internet que tanto permite o qué tanto restringe?

Seguramente parte de la respuesta está en populares nombres como QQ, Weixin (微信) y Renren (人人网), pues son estos avances tecnológicos los encargados de que muchos puedan intercambiar mensajes, enterarse de noticias, tener conversaciones a distancia y compartir fotos. Quizás esa sea la razón por la que llama la atención en ocasiones ver a la población joven “pegada” a los celulares.

¿Se puede decir que estas son vías por las que se materializa la libertad de expresión?, ¿Hasta qué punto se puede llegar con esta?, ¿A qué actores sociales acogen estos inventos y a quiénes deja de lado?, ¿Cómo es la intervención del gobierno? Son muchas las preguntas que surgen, y claro está, aquí no se agota el tema.  

Pensar en todo esto me recuerda un documental que vi hace un tiempo, que más allá del manejo que se le da a sus elementos narrativos y su sentido artístico, ayuda a hacerse una idea de la dinámica de lo que he venido comentando.

A continuación comparto entonces una obra dirigida por Alison Klayman sobre Ai Weiwei, un activista chino arriesgado, atrevido, un desafiante del arte y del poder, ubicándolo en los límites de lo permitido y del peligro, y como el nombre del filme en español lo indica, sin pena.

Aquí está, Ai Weiwei: Never Sorry. Y si se quiere ver a este artista cantar, hay que verlo, literalmente, hasta el último minuto.




Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)


* Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.
**车到山前必有路。(chē dào shān qián bì yǒu lù).