viernes, 7 de junio de 2019

MEMORIAS DEL "III SEMINARIO LATINOAMERICANO DE ALTERNATIVAS AL DESARROLLO: ECOLOGÍA POLÍTICA Y BIENES COMUNES"


Durante el 1 y 2 de noviembre del año 2018, se realizó el III Seminario Latinoamericano de Alternativas al Desarrollo: Ecología Política y Bienes Comunes (SLAD), en la ciudad de Medellín, Colombia. El encuentro, impulsado por la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad Nacional y la Universidad de Antioquia, aportó a la construcción de ideas en torno al territorio y alternativas para nuestra sociedad latinoamericana.

Te invitamos a ver la siguiente memoria audiovisual del evento:  



sábado, 25 de mayo de 2019

COMUNICADO DEL CLAUSTRO DE PROFESORES DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA


Desde que se suscribió el Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP, en noviembre del 2016, se ha evidenciado públicamente la persecución masiva y sostenida en contra de las personas que ejercen liderazgos sociales, políticos y de defensa de los Derechos Humanos. En los últimos 2 años y medio esa persecución ha sido tan intensa, que ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo sobre su dimensión.

Hoy vemos que esa realidad dolorosa y violenta incursiona en nuestro entorno. Como Claustro de Profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, rechazamos la amenaza de la que han sido blanco varios estudiantes y organizaciones estudiantiles de nuestra Alma Mater, que lideraron las movilizaciones universitarias en defensa de la educación pública durante el año 2018. 

Creemos que, con ese tipo de acciones, sus perpetradores no solo quieren usar el miedo para inmovilizar a las personas directamente amenazadas, también se dirigen en contra de toda la comunidad universitaria. Esto es una afrenta a nuestro quehacer diario como una academia preocupada por la comprensión y transformación de nuestra sociedad.

Por otro lado, rechazamos la reacción de la Gobernación de Antioquia ante esta situación. Es incomprensible que el estamento de quien preside el Consejo Superior Universitario, en medio de una situación tan delicada, donde se ve afectada la comunidad universitaria en su conjunto, en lugar de condenar de manera categórica las amenazas, haya aludido indistintamente a supuestos shows de streptease, prostitución, ventas informales y comercialización de drogas en las instalaciones de la Universidad.

Proponemos que se tomen medidas de cuidado y acogimiento de las personas directamente amenazadas; que desde la administración de la Universidad se definan protocolos adecuados y caminos institucionales de tratamiento de esas agresiones, sin los visos securitarios y policivos que comúnmente ofrecen las instituciones en estos casos. Esto implica buscar medios que efectivamente garanticen la actividad política y académica de los liderazgos de los distintos estamentos de la Universidad.

Así mismo, rechazamos la normalidad con la cual distintos sectores de la universidad y de la sociedad asumen este tipo de hechos, al punto de que algunos los celebran o que incluso se responsabilice a las personas agredidas por lo que les sucede. No puede seguir ocurriendo que las amenazas, asesinatos y atentados sean las formas de tramitar las diferencias y los desacuerdos. No es normal, no está bien, no estamos de acuerdo.

Instamos a la comunidad universitaria, a las instituciones estatales y a la sociedad a no desistir en la búsqueda de la paz para el país. A diferencia del interés de quienes emiten las amenazas, no podemos ceder al escepticismo y a los nuevos llamados que se hacen para mostrar la violencia como el único camino. Tenemos el convencimiento de que la construcción de la paz es el sendero por el que Colombia debe transitar.

Finalmente, en virtud del pensamiento crítico y el compromiso social que nos caracteriza como profesores reiteramos: la agresión la sufrió la comunidad universitaria, no podemos tolerar amenazas, mucho menos cuando éstas sean motivadas por el ejercicio de derechos.

A la Universidad sí vinimos a cambiar al país… al mundo.

Medellín, 23 de mayo de 2019


(Comunicado tomado de la página de Facebook de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Universidad de Antioquia)

jueves, 2 de mayo de 2019

¡EL SEMILLERO TE INVITA AL CINECLUB VOCES, EN SU CICLO "NI LIBRE NI ASALARIADO"!

TODAS LAS PELÍCULAS SERÁN PROYECTADAS EN LA SALA DE CINE LUIS ALBERTO ÁLVAREZ, AULA 10-217 DE LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA





YO, DANIEL BLAKE
DIRECCIÓN: KEN LOACH
PAÍS: REINO UNIDO
AÑO: 2016

VIERNES 3 DE MAYO DE 2019
HORA: 4:00 PM

SINOPSIS:
Por primera vez en su vida, víctima de problemas cardiacos, Daniel Blake, carpintero inglés de 59 años, se ve obligado a acudir a la asistencia social. Sin embargo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no desea recibir una sanción. En la oficina de empleo, Daniel se cruza con Katie, una madre soltera con dos niños. Prisioneros de la maraña administrativa actual de Gran Bretaña, Daniel y Katie intentarán ayudarse mutuamente. (Fuente: FILMAFFINITY)





DOS DÍAS, UNA NOCHE
DIRECCIÓN: JEAN-PIERRE DARDENNE, LUC DARDENNE 
 PAÍS: BÉLGICA
AÑO: 2014

VIERNES 17 DE MAYO DE 2019
HORA: 4:00 PM

SINOPSIS:
Sandra dispone sólo de un fin de semana para ir a ver a sus colegas y convencerlos de que renuncien a su paga extraordinaria para que ella pueda conservar su trabajo. Su marido la acompaña para apoyarla. (Fuente: FILMAFFINITY)




Fotograma del documental "Ni libre ni asalariado"

NI LIBRE NI ASALARIADO
DIRECCIÓN: PASOLINI EN MEDELLÍN
PAÍS: COLOMBIA
AÑO: 2015

VIERNES 31 DE MAYO DE 2019
HORA: 4:00 PM

ACERCA DEL DOCUMENTAL:
Ni libre ni asalariado era el afrodescendiente que trabajaba en las pilas de cimentación de los edificios, puentes y estructuras que habitamos. Por un lado no era libre porque esa labor que se desarrolla escavando metros la tierra hasta encontrar terreno firme, entre agua, piedras y humedad, ha sido un oficio racializado. Con la creencia de que los afro respiran mejor bajo tierra por su trayectoria en la mina heredada del esclavismo, se naturaliza un oficio que excluye a una capa poblacional para la que las opciones de trabajo calificado y estudio siguen siendo escasas. Se les considera aptos para el trabajo físico, se argumenta que ganan bien, y se enmascaran nuevas racialidades, difíciles condiciones de trabajo, el porcentaje exagerado de comisión con el que se queda el contratista y no el trabajador y el racismo estructural que revitaliza la pobreza de los afrodescendientes llegados de Chocó a otras ciudades a reemplazar a sus antecesores. Por otro lado, tampoco era un asalariado regular, la insumisión que los ha caracterizado los lleva a buscar niveles de autonomía ante jerarquías de mando, lo que les ha dado fama en el oficio de que trabajan cuando quieren o de ser hombres que se sindicalizan rápidamente porque no se someten a los costos de un negocio que cada vez se deprecia más y hace unas décadas permitía mayor rentabilidad cuando todavía no era disputado por nuevos obreros mestizos que entraron a pauperizar el trabajo recibiendo lo que se les dé por la pila. Hoy es difícil para los afro negociar los precios de su trabajo, el mercado transformó los reclamos identitarios en una presunta igualdad a su favor. (Fuente: PASOLINI EN MEDELLÍN)

domingo, 31 de marzo de 2019

BREVES REFLEXIONES DE UNA PROFESORA NOVATA


Sin importar el dónde o el cuándo, lo que me interesa compartir de la experiencia de ser profesora universitaria en el área del derecho por primera vez, son esas reflexiones primigenias de quien todavía se siente estudiante en un aula de clase, sitio que de un momento a otro empieza a reclamarle a uno el ocupar otro lugar y hacerse cargo de nuevas responsabilidades. Se trata de cuestiones que superan incluso el curioso hecho de que empiecen a llamarte “profe”, aunque ese solo nombramiento de por sí ya resuene dentro de uno atravesado por una sensación ajena.

Esos salones, con seguridad los mismos sitios ocupados por tantos sujetos a través de los años, y donde permanecen quizás las mismas sillas y pizarrones, son nuestros testigos fieles de cómo fluctuamos generación tras generación. En medio de estos cambios, a lo mejor imperceptibles para muchos, yo, la profesora novata, empieza a descubrir que tras la relación estudiante-profesor se escondía otra parte de la historia que hasta el momento desconocía. Y se trata de una historia que hemos venido tejiendo de diferentes formas y estilos, que nos ha permitido darle lugar a vivencias disímiles que quedarán, poco o mucho, en el recuerdo de quienes participamos de su elaboración.

Una de las primeras cosas de las que me di cuenta al desenvolverme en este novedoso papel, es que la figura del docente tiene un gran poder, mucho más del que me habría imaginado. Por encima, y fuera de que es el responsable de poner una nota, es la persona en la que sus estudiantes dejan descargar sus inquietudes, a la que consultan y le tienen una confianza que no es dada a cualquiera. Además, es quien otorga un rumbo considerable a los contenidos del curso, define cómo compartirlos y qué métodos emplear para evaluarlos. Es justo a partir de este aspecto, donde encuentro un completo sentido a la idea de que en los ámbitos educativos se establezcan relaciones de horizontalidad.

Contemplarlo así, implica ser conscientes de que los estudiantes también tienen una participación constructiva en los ritmos del saber, lo que debe conllevar a reconocerles y darles su debido espacio. La construcción de lazos en ese escenario, equivale entonces a quebrantar la idea de que el docente tiene alguna condición superior sin desvirtuar, por supuesto, su rol orientador o desvalorarlo. En esa línea, el hecho de que el estudiante dude, se haga preguntas, e incluso rete el conocimiento impartido, son ejercicios saludables para el proceso formativo, llevándole probablemente a abrir ventanas no mostradas, enriquecer la visión ofrecida, formarse sus criterios y apropiarse de su marcha y evolución educativa.

Siguiendo esta lógica, las facultades que tiene el docente desembocan en un poder que, en vez de opacar, puede ser compartido con los poderes de quienes lo rodean. Un poder que no tiene por qué quitar seguridad a punta de miedo o autoritarismo, ni garantizar responsabilidad a cambio de presiones cuantitativas, es un poder que cultivando vínculos de armonía y autoconfianza en los estudiantes, abre puertas para que estos consigan lo mejor de sí, porque el motivarles con respeto y hacia la posibilidad de sacar adelante un proyecto que en ocasiones interpretan fuera de su alcance, se convierte en una adecuada manera de que se descubran lográndolo o avanzando con satisfacción.

Además, dichas facultades permiten destapar e invitar a opciones liberadoras, facilitando desde el diseño mismo de las actividades de clase, la derrota de coordenadas jerárquicas a las que tanto se recurre en la educación, impulsando a la mutua colaboración y crecimiento, el confrontar visiones y la fluidez en el aprendizaje. Por ello, pienso que es ilógico el abordar a los estudiantes con rabia, o de manera desorbitadamente prevenida, como lo he observado en distintos casos; definitivamente, no es una manera para extender caminos lo suficientemente fértiles, si se quiere gozar de encuentros que nutran el desarrollo cognitivo y los procesos de aprendizaje desde un respaldo y sensibilidad humanos.

Pero, no todo se reduce a esas cuestiones de poder, también identifico en esta labor docente ciertos límites. Me refiero al hecho de que, desde este lado, no tenemos las respuestas a todas las preguntas, no sabemos si en todos los casos las mismas decisiones van a tener igual impacto, si van en la mejor vía o si la explicación o asesoría será la más iluminadora para cada uno de los discentes, cuando tarde o temprano nos damos cuenta de que tienen formas distintas de aprender.

Unido a todo esto, se encuentra igualmente un elemento de vital importancia para que un curso y los rumbos de quienes participan se fortalezcan, para brindar aportes y cuestionamientos que no tendrán que venir de un solo lado. Se trata de una sincera disposición del docente para escuchar, abrirse a las críticas y comentarios de parte de sus estudiantes; porque escuchar no puede ser concebido como un peligro, al contrario, es la oportunidad perfecta para que las ideas contrarias se pongan en diálogo, para dar explicaciones y expandirse hacia otras opciones en el horizonte.

Aunque ponerlo en práctica no sea tan común para algunos, pues he visto cómo estudiantes y profesores parecen resistirse a tal posibilidad. En otras palabras, parece existir sospecha respecto a tomar por natural o conveniente el cuestionar al docente, y de otro lado, una amenaza el concebir que el estudiante pueda llegar a tener la razón. Por eso, el asumirnos como iguales, y respetando el rol que cada uno cumple con sus particularidades, implica estar dispuestos a ubicarnos frente a frente, sabiendo que estamos a la altura de nuestro interlocutor y que podemos ser complementarios.

De una parte, los años de experiencia del maestro aportarán madurez en el conocimiento y valiosos aciertos, al tiempo de que la “crudeza” de quien todavía se forma, aunque de hecho ambos lo hacen, brinda frescura y creatividad a lo que otros ya dominan o a lo que “ya está resuelto”, porque tiene la fortuna de verlo con ojos nuevos. Como profesora novata, me doy cuenta de que cada estudiante es un mundo, cada uno de ellos trae retos variados que no se resuelven en una clase, en una explicación o en un taller… Son proyectos de vida que, al igual que uno, construyen sus sueños, jalonan sus anhelos y cargas, se dejan permear por su vida personal y son tan vulnerables como sus propios profesores.


Los docentes veteranos, los buenos docentes veteranos, que ejercen su profesión con amor, sabrán más que yo sobre todo esto, y creo que estarán de acuerdo conmigo en decir que el centro de su vida profesional se compone de sus estudiantes, quienes merecen un enorme agradecimiento, porque durante esa labor son ellos quienes fungen como nuestros auténticos maestros.   

Anónima