Imagen tomada de: http://revistacorrientes.com/el-silencio-de-los-fusiles/
Por: María Adelaida
Galeano P.
Decir que El Silencio de los Fusiles, reconocido
ya como el primer documental que trata el tema del proceso de paz en Colombia (Las2orillas,
2016a; Las2orillas, 2016b), se constituya en una obra que nos permitiera delimitar
entre un antes y un después para nuestras obras fílmicas nacionales que tratan
la historia del conflicto armado, es una afirmación tan arriesgadamente
equivocada como esperanzadora.
Pensar en que
las imágenes cinematográficas que nos han acompañado por años vayan a ser
renovadas por unas más amables, que los cuerpos desnudos y sin vida empiecen a
desaparecer de la pantalla, que los llantos, las historias de terror y de
sangre que nos recalcan la violencia amarga de la que hemos sido víctimas
puedan desvanecerse, no para olvidar estos padecimientos sino para reescribir
sobre semejantes ruinas otra historia, es una posibilidad, y a lo mejor, un
atrevimiento de la imaginación sencillamente atractiva. En palabras más cinéfilas,
representa una vuelta de tuerca, en tanto nos sacude el hilo narrativo y nos cambia
los presupuestos de los que partíamos.
En El Silencio de los Fusiles, Natalia
Orozco, su directora, se encarga de registrar con su cámara un episodio crucial
donde la transacción de acuerdos políticos entre actores sociales determinantes
en buena parte de la violencia que nos ha azotado por décadas, le da un viraje a
eso que los colombianos estaríamos acostumbrados a ver en los medios de
comunicación y en el cine: una cadena incesante de odios y de muertes sinsentido.
Bueno, aunque hay un elemento que sí se mantiene y se vuelve tremendamente
palpable: justamente ese sinsentido ridículo que nos dividió en bandos para
acabarnos mutuamente.
Lo que nos
muestra Orozco, aunque sin darle igual centralidad a los pensamientos que se
tejían simultáneamente en las bases sociales, a los líderes, las víctimas o a intelectuales
destacados, cobra su importancia en la medida en que logra captar a esas élites
desde un ángulo distinto al habitual, las interroga, se les presenta en los momentos
de jaque, e incluso, las desafía. La realidad política del país encuentra una
representación en esas entrevistas y en un trabajo investigativo de varios
años, durante los cuales persistió una indagación que se mantuvo atenta a esos
momentos de crisis por asesinatos inesperados, en momentos de tensión por unas
elecciones presidenciales decisivas, en los de duda por el incumplimiento al
llegar una fecha prometida y también, entre otros tantos, en los secretos, como
ciertas reuniones de los combatientes guerrilleros y al escudriñar hasta la
manera en que se dieron los primeros contactos entre el gobierno y las Farc.
Ver que los
ánimos toman una dirección que tiene el potencial de interrumpir caminos
equivocados, finalmente expresados en la firma de un acuerdo o en un apretón de
manos, constituyen una semilla para apostarle a que eso que pudiera parecer un artificio
exclusivo de quienes detentan el poder, es en realidad una oportunidad enorme
para la apropiación de un proceso social e histórico de paz que va muchísimo
más allá del fin del conflicto. El silencio de los fusiles no garantiza las
relaciones de equidad, la justicia, la reconciliación y la armonía que estamos
llamados a edificar todos juntos: sociedad, excombatientes y gobierno.
El Silencio de los Fusiles transmite entonces un rayo de luz.
No es la luz propiamente, creo que nos falta mucho para construirla, pero es un
pedacito de ella. Por ejemplo, me pregunto a mí misma por el cuándo habría podido
contemplar oír directamente de algún ex comandante guerrillero, que a partir de
un encuentro con víctimas en La Habana, esto les iba a permitir darse cuenta de
que detrás de cada dado de baja ha sufrido muchísima gente, y de que a partir
de otras reuniones significativas, iban a poder “desarmar” los aparatos de
guerra de sus contrincantes, para humanizarlos, al desenmascararlos y ver los
rostros de quienes estaban detrás.
Una vez más,
y siendo consciente de que las atrocidades provinieron de todos los grupos
involucrados, me pregunto en qué momento hace unos años atrás se hubiera podido
contemplar aunque fuera una muestra, capaz de ir un poco más allá, de
sensibilidad distinta a la oscura y rutinaria que ha marcado a muchas
generaciones de colombianos nacidos en un panorama desolador. A lo mejor es
momento de rescatar las palabras de Orozco (2017, como se citó en Vanegas, 2017)
para intentar abrir una puerta de esperanza: “A lo largo del proceso, entendí
que un ser humano pudo haber hecho cosas monstruosas pero eso no significa que
sea un monstruo”.
Sin embargo, la
duda que amenaza fervientemente esta vuelta de tuerca vive en lo que ahora
mismo está ocurriendo, como son la disputa de territorios antes ocupados por
las Farc y el asesinato de líderes sociales[1].
¿Por qué ese empeño en las formas violentas para la convivencia?, ¿qué podemos
esperar de estas luchas por la reorganización social? Esa costumbre de seguir
las reglas de la guerra por encima de lo que sea, de cualquier otra forma de
entender el mundo, lastimosamente no cesa en el estilo de vida y en los
episodios violentos que nos han dejado los enfrentamientos entre las Farc y el
ejército colombiano. Hay una capa social que insiste, que se funda en ellas y
vive gracias a ellas: la guerra por encima de todo y sin importar que sus
víctimas son seres humanos y tienen familia.
Ojalá que este
apego a la violencia sea superado, que el pretendido cambio no quede en un mero
momento inspirador y que logre plenitud tanto en las películas como en nuestra
cotidianidad. Ojalá que nos acostumbremos a invocar los sueños en vez de las
pesadillas, que dejemos de ser el país poseído por la crueldad y sea la
fraternidad humana la que nos guíe con ímpetu.
Referencias
Las2orillas (2016a).
Junio 27. “’El silencio de los fusiles’, primer documental sobre el proceso de
paz que ve la luz”. Las2Orillas. Recuperado Julio 29, 2017, de
https://www.las2orillas.co/el-silencio-de-los-fusiles-primer-documental-sobre-el-proceso-de-paz-que-ve-la-luz/
Las2orillas
(2016b). Noviembre 22. “Trailer: El Silencio de los Fusiles, primera película
del proceso de paz colombiano”. Las2Orillas. Recuperado Mayo 18, 2017, de https://www.las2orillas.co/el-silencio-de-los-fusiles-primera-pelicula-del-proceso-de-paz-colombiano/
Vanegas, M.
A. (2017). Marzo 1. “El documental que creyó en la paz cuando aún había
guerra”. ¡Pacifista! Recuperado Mayo 18, 2017, de http://pacifista.co/un-documental-que-creyo-en-la-paz-cuando-aun-habia-guerra/
[1]
Al respecto, puede consultarse el Informe semestral del Sistema de Información
sobre Agresiones contra Defensores y Defensora de DD.HH. en Colombia.
Disponible en: https://somosdefensores.org/images/informe-semestral-enero-junio-2017-SIADDHH.pdf
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