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| Foto: Álvaro Cardona, Centro de Memoria Histórica. |
Este país no quiere llamarse "guerra", y las palabras no son sólo palabras... las palabras configuran la realidad.
-Alto al fuego dijeron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.
- Alto al fuego dijo el Gobierno de la República de Colombia al Ejército Nacional.
Y ese día, el día 23 de junio de 2016, se nombró como "el último día de la guerra".
La identidad de un pueblo proviene de su lengua. En Colombia el silencio, vocero del miedo, es la amenaza, y la palabra, creadora de mundos diversos, es la promesa, cumplirla dependerá de que de nuestros labios no se sigan desprendiendo balas y de que el miedo a éstas sea mayor que el miedo a la diferencia.
María Botero Mesa
Que la palabra tenga ese poder es lo que seguramente muchos deseamos en este país para dar por terminada la guerra. Otras son las palabras de los incrédulos, y no me refiero a la incredulidad dada por la duda que a veces nos embarga hasta a los más utópicos. Me refiero a la incredulidad que da todo por perdido, que no conoce más que la amargura de sus pensamientos y la reproduce en esas palabras; cuando ella entienda del poder que guardan esas palabras y que es reflejo de una voluntad, entre muchas posibles, que lo llevan a quedarse quieto y no creer, o incluso destruir, a lo mejor comprenda también que es una integrante tan activa en esta transformación como la voluntad de quienes están construyendo.
ResponderBorrarEnhorabuena por las gentes de a pie que padecen la guerra en los territorios!
ResponderBorrarOjalá este paso tan importante, sea parte de un proceso estructural, de más largo aliento, de transformación radical de nuestra sociedad.