(De la Serie: Experiencia de Vida en China)
Al beber agua piensa en la fuente. **
Proverbio chino
El sentido de las cosas, el para dónde van, el qué se
esconde allí o allá, a qué puede llevar todo, qué contiene, qué más puede ser
construido, una curiosidad incesante y una idea de qué sucediera si… son
frentes de pensamiento, ángulos contrarios o miradas distantes que creo se han
acentuado todavía más en mis análisis y forma de ver la vida a partir del estudio
de la Sociología Jurídica.
Bajo este cúmulo de perspectivas es que encuentro lo
significativo del estudio de un idioma. Alguna vez un profesor de inglés nos
hablaba acerca de las ventajas de acceder a otro mundo por medio del
conocimiento de otra lengua, como si esta fuera la llave para abrir otra puerta
y así adentrarse a verdades, estilos, conocimientos, maneras y un sinnúmero de
expresiones de vida distintas; sin duda, riquezas que están ahí, tan distantes
pero al mismo tiempo tan reales, espacios que albergan cotidianidades, y
cotidianidades que también experimentamos y poseemos nosotros mismos y que
terminan siendo ajenas para los seres de aquellos otros mundos.
Entrar a ser parte en uno de esos me aproxima a la
inquietud de las razones: ¿Por qué establecer conexiones con estos personajes foráneos
que se ubican fuera del entorno propio a través del estudio de otro idioma? ¿Qué
oportunidades hay para el aprendiz en su recorrido más allá de captar otra
forma de comunicarse?
Diría que efectivamente hay una dimensión viva detrás
de esa puerta, un equivalente, pero al mismo tiempo un opuesto de realidades,
pensamiento y cultura, siendo más complaciente aún el gozar de la consciencia
de que desde la aparente diferencia se pueden establecer lazos, se puede mirar
al otro y entender la posibilidad de un compartir que está latente, que no
huye, que simplemente está ahí y puede cultivarse.
Hace unas semanas leía acerca de una práctica que se
está llevando a cabo en este país, según la cual empresarios chinos “alquilan”
occidentales para obtener mayor confianza del público, local o internacional, al
que quieren llegar y lograr una buena imagen. Enterarme de esto fue algo
sorpresivo, y aunque no tengo certeza de qué tan generalizado o qué profundidad
alcanza realmente en el área de los negocios, a raíz de ello he reflexionado respecto
a la forma en que se refleja China actualmente, y por otro lado, aún más y críticamente,
sobre el asunto del dominio de otro idioma como el puente de comunicación que
permite trascender la posición de espectador o que representa la oportunidad de
acceder a esos otros orbes sin intermediarios desde una óptica que busca darle
un sentido más humano a ese conocimiento.
A pesar de tanto darle vueltas a este asunto y luego
de cruzarlo con otras referencias más generales que tengo acerca de este
contexto oriental, las conclusiones a las que llego no son más que varias
preguntas y unas escasas “corazonadas”, aunque tal vez no por ello despreciables.
Es así pues que me cuestiono sobre las opciones para abordar a China: ¿Desde
qué aristas está siendo atendido y entendido principalmente este país? Aquello
que justifica que China esté llamando la atención ¿Qué explicación guarda,
sobre qué criterios se sustenta y qué actores o representantes sociales inciden
o no para que su imagen tome la figura que hoy la caracteriza? ¿De qué fuentes
provienen tales percepciones que se difunden fácilmente en medios por fuera de
este?
Y en cuanto a las “corazonadas”, o mejor, serias
sospechas, en ellas deposito la creencia de que hay una primacía de
entendimiento hacia China desde su papel protagónico en el campo económico que
podría estar desviando la atención de otras esferas que la conforman, dinámicas,
problemáticas sociales, etc. Y aunque desconozco la medida en que estará influyendo
el agente cultural en la práctica de estos empresarios, y por tanto, desde una visión
contraria, hasta qué punto esto podría traducirse como el establecimiento de
relaciones basadas en el temor a no conseguir el prestigio necesario que
asegurarían posteriores utilidades o beneficios, no me convencen como señal
clara de lealtad, o una muestra real de que estas se estén tejiendo sobre los
ánimos de la cooperación y un interés hacia la calidad humana como un
componente primordial.
En efecto, el país grande de Asia, según ha sido
reconocido y se ha hecho sentir en los últimos años, me pone a detenerme en los
fundamentos de este título que quisiera augurarle un porvenir próspero. Entiendo
que ese reconocimiento es en mayor medida por su inclinación a desempeñarse
como potencia mundial, pero he ahí lo particular: esa categoría se le estaría
debiendo al factor del crecimiento económico que quiere catapultarlo como un
gigante, y que por supuesto, y aunque este sea un tema que merece un espacio
aparte, no tiene que ser síntoma de bienestar social de la comunidad china.
Sobre el segundo punto mencionado, a partir de mi experiencia
en esta institución de educación superior en la que se enseñan lenguas
extranjeras, me he hecho la idea de valorar la capacidad de abordar
intelectualmente cualquier otro idioma como la oportunidad para que importantes
lazos se vayan forjando y que se convierten en la vía para que el mundo esté
conectado y se constituyan los caminos que nos han permitido saber qué pasa en
uno u otro lugar. Al mismo tiempo, pienso que debe primar el respeto por las distintas
manifestaciones culturales, cuando hay una aproximación hacia estas, cuando se
interactúa con el sujeto extranjero, y sobretodo, cuando se entra a ser parte de
su medio.
Así mismo, en lo personal, considero que hay un
sentido más profundo en esas conexiones, el no asumirlo de esa manera no
necesariamente desataría inconvenientes, pero si sería probable que se perdiese
de mucho, que se deje de lado una integración franca y solidaria capaz de leer
otras culturas no para conquistarlas sino para convivir, brindar, aprender de
ellas y con ellas. En concordancia con esto, creo entonces que el instruirse en
un idioma ha de ser un camino, un puente por recorrer y para disfrutarse paso a
paso, que sea cual sea el objetivo particular de quien lo estudia envuelve el
potencial de adentrarse y aventurarse a explorar tesoros, que no se estancan en
la línea de las ocupaciones inmediatas y quizás superfluas, y en el que se debería
tener presente ante todo que al otro lado de la puerta también saludaremos
seres humanos.
Escrito por 玛利亚 (María
Adelaida Galeano P.)
* Este
escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia
de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las
integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías
Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás
capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo
China de este blog.
** 饮水思源。(yìn shuǐ
sī yuán).
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