(De la Serie: Experiencia de Vida en China)
Si no cesas de esculpir, podrás tallar metal y piedra. **
Proverbio chino
El
final de una historia marca el principio de otra. Hace casi un año atrás esta
apenas comenzaba, la aventura se abría paso, las experiencias mágicas e inimaginables
aparecerían y conformarían un capítulo de mi vida en el que descubrir China
significaría más que eso hasta tocar puntos más íntimos como el descubrir un
sentido de la existencia y del ser mismo.
Quizás
suene filosófico, pero son las palabras que me permiten describir la manera en
que lo percibo, bajo la aclaración de que esta historia, que al fin y al cabo
es tan solo una pequeñísima muestra de todo lo que se vive y un retratito
escrito de cómo veo el mundo, no hubiera sido la misma sin esta serie de
relatos. Relatos estos que son insuficientes para abarcar múltiples reflexiones
y anécdotas, varias fueron las que se quedaron en el tintero, varias las que
escaparon a mi posibilidad de extenderlas hasta este espacio.
Por
medio de estos capítulos quise hacer del viaje una aventura compartida que
pudiesen vivir también los lectores; espero haber llevado un pedacito de China
y de emoción con cada escrito. Ahora llega la hora de volver al salón de mis
recuerdos, donde estos están vivos, los que al comienzo visualizaba
espléndidamente y que poco a poco se fueron transformando en estampitas, pareciendo
estar en la lejanía, en otra dimensión, en un pasado al que hay que regresar.
Extrañaré
comer con palitos, coleccionar las facturas que iban abultando la billetera, pasar
por las calles tratando de descifrar los caracteres que dicen los nombres de
los lugares o con avisos publicitarios. Extrañaré ese ambiente que solía
crearse con la música particular de algunas tiendas o restaurantes de la
Universidad, salir por las mañanas camino a clase, los paisajes…
También
es difícil despedirse de un lugar que marca tanto la vida. Pasar un cumpleaños,
una navidad, y hasta un mundial de fútbol, en un sitio que al principio era
ajeno y que se fue convirtiendo paulatinamente en el hogar a medida que me
apropiaba de los espacios y que los rostros de la gente se volvían cotidianos. Lugar
este en el que quise muchas veces que mis ojos grabaran una película indeleble
de lo que veían.
Me
alegra concluir esta etapa sabiendo lo mucho que me ha aportado. No solo se
trata de enfrentar un idioma, otra cultura o una manera distinta de vivir, sino
también de escucharse a uno mismo, aprender a seguir la intuición, a ser libre,
entenderse, crecer, construirse y reconstruirse. Hay un conocimiento que no
está en los libros, está en la propia experiencia de vida.
Quiero
agradecer a mi familia, a mis compañeros de viaje, a los pasajeros que conocí
en esta travesía y que tomaron su lugar en esta historia, a mis amistades
chinas, a quienes siguieron estos textos, a las demás personas que me brindaron
su apoyo y compañía, especialmente, al Semillero de Investigación en Sociología
del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas de la Universidad de Antioquia por su interés
para que descubrir China fuera una travesía compartida.
Hoy me despido de ti con la esperanza de que el
destino nos tenga guardada otra cita para vivirse en otro tiempo, quizás en
manos de una nueva aventura. Gracias por haberme contagiado de tu magia, de tu
luz y simpatía. No olvidaré esta gran oportunidad que me dio la vida, como cuando
te dice ¿quieres ir a Oriente?, vamos, yo
invito.
Hasta pronto China amiga, hasta siempre.
Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)
* Este
escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia
de Vida en China, que a manera de diario de viaje comparte una de las
integrantes del Semillero de Investigación en Sociología del Derecho y Teorías
Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en ese país. Los demás
capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo
China de este blog.
** 锲而不舍,金石可镂。(qiè ér bú shè, jīn dàn kě lòu).