(De la Serie: Experiencia de Vida en China)
No perder las esperanzas hasta llegar al río Huanghe. **
Proverbio chino
Se
agota el tiempo. No será suficiente, lo sé. Vine con muchas preguntas, me iré
con otro montón. Las respuestas apuntan a su casi inexistencia en mi medio, no
hay cómo concretarlas, solo puedo intentar ofrecerme algunas ideas a mí misma a
partir de lo que observo y de lo que comparto con otros, y eso me da a entender
que las zonas oscuras son fuertes, no se pueden palpar. Tanto así como algo de
lo que me he hecho convencido todavía más desde hace un par de meses cuando lo intuí
estando en otras ciudades: la percepción del misterio en el entorno, como si no
pasara nada, como si faltara algo, una vida, una llama; a veces me da la
impresión de que es una normalidad imperiosamente sospechosa, que fluctúa como
por sinergia, insoportable a la curiosidad y a la necesidad de saber qué está
sucediendo.
Desde
mi llegada he tratado de comprender esta cultura, de contagiarme de su magia y
grandeza; sin duda, ha significado un descubrir valioso todo lo recorrido hasta
ahora. Sin embargo, desde antes de venir fijé mi mirada igualmente en una China
luchadora, en otra de sus facetas que para mí sigue estando más viva en varios
artículos de revista, películas e Internet que en la misma realidad que he
podido percibir como estudiante extranjera.
Admiro
a esa China construida por personas que quieren creer en otra sociedad posible,
en la realización de sus sueños, en la justicia, en el respeto de los derechos,
que le apuestan al triunfo del sentir humano y a la libertad. Los veo como un
lucero en el firmamento oscuro que quisiera acobardarlos y tragárselos para que
no brillara más. Es la otra China que quiero conocer, tan difícil de encontrar,
de verla directo al rostro.
Pasa
el tiempo y puedo dimensionar cada vez más los alcances del silencio y lo tanto
que está costando que ello sea así en un país que sufre graves problemáticas
sociales. El contexto que percibo contrasta con los secretos amargos que
coexisten con una cultura tan especial. Quisiera tener respuestas a muchas
inquietudes, por ejemplo, ¿qué está ocurriendo en este mismo segundo con las
historias de persecución hacia los practicantes del Falun gong?, ¿cuál es su
condición actual en los campos de trabajo forzado para aquellos ya retenidos?,
lo que he consultado sobre el tema no me saca del asombro, son historias que a
veces ni sé hasta dónde creérmelas porque parecen tomadas de una mente
maquiavélica experta en la fabricación de cuentos de terror.
Sigo
en una atmósfera extraña que no termino de entender, pues sé que las cosas no
se agotan en la situación que sufren los campesinos obligados a migrar a las
ciudades para buscar un mejor sustento, como bien lo relataban alguna vez los
personajes de uno de los diálogos de un texto de clase. Se trata también de las
personas que tienen escasos recursos y habitan actualmente las zonas rurales,
fenómeno que es invisible si la atención se centra únicamente en las ciudades.
Es
también el miedo y el cuidado que deben acatar los ciudadanos antes de lanzar
alguna pronunciación en cuanto al gobierno. Es la desinformación y el hecho de
que los medios de comunicación en el exterior o las estrategias para poner en
conocimiento experiencias turbulentas sean las únicas alternativas para que la
población plasme sus esperanzas, sus visiones, sus preocupaciones y lamentos.
La
sensación de impotencia al conocer del trasfondo doloroso que también se hace
presente, y que al mismo tiempo es tan difícil de penetrar, fortalece mi
intriga hacia la labor que ciudadanos, como lo son los documentalistas
independientes de la sexta generación, llevan a cabo al empeñarse valientemente
en crear canales para que las voces ahogadas puedan escucharse y para que el
arte sea un poder activista a favor de los derechos sociales de este pueblo
oriental.
Se
agota el tiempo. Sigo con la mirada fija en ese lucero. Sigo buscando
respuestas.
Escrito por 玛利亚 (María Adelaida Galeano P.)
*
Este escrito hace parte de la serie de relatos Experiencia de Vida en China, que a manera de diario de viaje
comparte una de las integrantes del Semillero de Investigación en Sociología
del Derecho y Teorías Jurídicas Críticas a partir de su vivencia académica en
ese país. Los demás capítulos se pueden encontrar en la sección Descubriendo China de este blog.